El fin ya viene



Ofrenda a Eleguá maac 2010
 

no vivo en una sociedad perfecta
Pablo Milanés



Según van las cosas, me parece que leer el periódico debe ser incluido entre las prácticas preferidas de la comunidad sadomasoquista. Llegué a esa conclusión cuando tuve de frente el menú de titulares que tenía para escoger: cuántos brujos le han conjurado a Chemo Soto, EL FIN YA VIENE (de Harold Camping), los caracoles del Chuchin, las pendejeretas de Sancha, los paquetes de Fortuño, el bombazo de Moody’s, la vendida que se han dado algunos líderes obreros y el ocaso de la oposición y el mortero que “encontraron” en Santurce; entonces supe o mejor dicho confirmé que: no vivo en una sociedad perfecta.


No soy conformista. Sabía que entre toda esa bazofia había un titular jugoso y apetitoso esperándome. Como es lógico pensar, busqué entre las pestañas del margen del portal para refugiarme en La Revista con la esperanza de encontrar una buena reseña. Luego de inspeccionar el último rincón del margen busqué el trombón y toqué un belén para honrar la memoria de La Revista. Y pues… tuve que conformarme con volver a leer la noticia sobre el mortero que “encontraron” en el estacionamiento de una oficina de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE).


Sobre el mortero diría que, a todas luces, tiene pinta de ser previetnámico o en otras palabras: ya debe estar recibiendo un cheque del sistema de retiro (mientras duren los fondos). También me atrevo a especular que quien dejó el explosivo allí (si es que lo atrapan) debe ser investigado por la desaparición de la toga (complutense) de José Ramón de la Torre. Además, me parece que quién transportó y depositó el mortero en el estacionamiento está más loco que el rabo de una yegua. Porque si la cosa esa todavía está viva es capaz de reventar a la menor provocación (me refiero al mortero y no de la Torre, lo juro).


Luego que me cansé de mirar la foto del mortero e intentar establecer si era veterano de la Segunda Guerra Mundial o del conflicto de Corea volví a mirar hacia el margen del portal y encontré una sección titula HOBBIES. De inmediato me pregunté... ¿por qué no la titularon Pasatiempos? –Ya sé–; porque EL FIN YA VIENE y no vivo en una sociedad perfecta.


Al acceder a la sección de Pasatiempos me topé con un artículo sobre uno que fue de mis favoritos en mi adolescencia el Roller Derby o Rolacción como le decimos por estos lares. En este momento puede que esté pensando: Rolacción... ¡rayos! Este debe tener la misma edad que el mortero. Pues sí, y qué. Tal vez por eso no he logrado compaginar los rostros y los nombres de los que fueron mis ídolos. Los que me causaron muchas caídas, rasponazos y moretones; como todos los dioses buenos. Luego de ver los partidos me enganchaba los patines y salía a la calle a imitar sus movidas y algunas me salían bien y otras no tanto, pero patinaba y ¡cómo patinaba! Sí, recuerdo a la legendaria Judy Arnold , también a Sally Vega y a Manuel Rivera Morales  y hasta ahí llega mi mejor recuerdo.


También, había en el periódico una nota de uno de esos periodistas que se dedican a escribir por encargo como diría Sancha. Una falsedad mayúscula disfrazada de periodismo que informaba el supuesto deceso de Ernesto Sábato. Nada más alejado de la verdad, porque bien es sabido que los Grandes no mueren, sino que se mudan a otro vecindario un lugar donde los intentos para mejorar la sociedad son vistos con buenos ojos.


Hay días en que me levanto con una esperanza demencial,

momentos en los que siento que las posibilidades

de una vida más humana están al alcance de nuestras manos.

Ernesto Sábato- La resistencia


Paquetes= mentiras

Pendejereta= eufemismo de pendejadas



Publicado el 4th May 2011 por Miguel A. Ayala

en el Blog Panaceas y placebos

Etiquetas: monólogo, crónica

Revisado: domingo, 25 de agosto de 2024


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